A medida que iba recortando distancias con su lugar de llegada, su afinado olfato comenzó a captar el salino aroma del océano, hedor que anticipaba la pronta llegada al puerto de Lauviah, pero ni tan siquiera entonces sus facciones se molestaron en dejarse moldear por cualquier señal que pudiera dejar entrever que se encontraba aliviado o esperanzado ante la idea de dejar atrás, aun cuando solo fuera temporalmente, sus arduos días de viaje. Ya estaba acostumbrado al hecho de que su nariz atrapase olores mucho antes de que sus ojos pudieran ver de dónde se originaban. Aquello no indicaba nada.
Tardó, por tanto, lo que le parecieron unas cuantas horas más de caminata hasta que la guarnición del puesto de guardia de Lauviah pudieran ver como se aproximaba y se detenía frente a ellos una alta de ojos esmeralda, piel bronceada por el sol, de potente musculatura, melena y barbas oscuras como ala de cuervo, totalmente arrebujada en ropas de viaje propias de cualquier campesino, y con un arco corto cruzado al pecho y un carcaj colgado al cinto.
-Me llamo Malkav Hohenfeimer y he recibido aviso de que debíamos reunirnos aquí para tratar un tema urgente relacionado con los demonios de la facción Hei’an. –explicó lentamente, como si estuviera seleccionando mentalmente las palabras que quería utilizar antes de dejar que escaparan de entre sus labios mientras se esforzaba por evitar la mirada de quien saliera a recibirle.- ¿Se puede pasar?
Off Topic
Si tuviera que autorolearme la entrada, me pondré con ello una vez que sea seguro.